Un
pastor intentaba que una cabra le siguiera, tirando de una cuerda con la que la
tenía atada.
Pero el
hijo de la cabra estaba correteando por allí y la madre no quería alejarse del
cabritillo, por lo que no había forma de moverla.
Un
sabio que estaba viendo la escena se acercó al pastor y le dijo:
-
En
vez de tirar de la cabra, suéltala; carga al cabritillo sobre tus hombros, y no
te preocupes de nada más.
El pastor
hizo caso al sabio. Cargó al cabritillo sobre sus hombros y echó a andar, sin
preocuparse de la cabra.
Entonces la cabra, para no separarse de su hijito, siguió rápidamente al
pastor.
Moraleja: Esta fábula nos enseña que es
mejor resolver los problemas con el ingenio que con la fuerza.
Facundo Carugno Enrico – 2º “A”
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