viernes, 28 de septiembre de 2012

EL BURRITO QUE CARGABA SAL



  Dos burros volvían del puerto cargando enormes cestos llenos de sal para su amo. Cuando pasaban cerca del río, uno de ellos tropezó con una piedra y se cay
O al agua. Al levantarse, sintió que su carga era mucho más liviana… ¡Claro! Gran parte de la sal se había disuelto.
Muy contento, le dijo a su compañero:
-¡Jua! ¡Ahora camino mucho más liviano! Ya sé qué voy a hacer la próxima vez que pasemos por acá con una carga pesada.
  Unos días después, los dos burros volvieron a recorrer el mismo camino, esta vez traían del puerto unos cestos repletos de algodón. Cuando llegaron al río, el burro se tiró a propósito en el mismo lugar y esperó a que se mojara bien toda su carga. Con una sonrisa triunfante, intento levantarse, pero… ¡cuánto le costó! ¡El algodón había absorbido agua y ahora pesaba el doble! Mientras se incorporaba con muchísimo esfuerzo, escuchó que el otro burro le decía:
-          ¿Viste? Te creías muy astuto y quisiste evitar tu deber… ¡Así, solo lograste perjudicarte a vos mismos!


Moraleja: A veces por evitar nuestro deber y creemos más astutos, sólo logramos perjudicarnos a nosotros mismos.



                                                                                                                                   Lola Abiad - 2º "A"

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