Unos
ratoncitos, jugando tranquilos en un bosque, despertaron a un león que dormía
plácidamente al pie de un árbol. La fiera, levantándose de pronto, atrapó entre
sus garras al más atrevido de la pandilla.
El
ratoncillo, con mucho miedo, prometió al león que si lo perdonaba la vida la emplearía
en servirlo; y aunque esta promesa lo hizo reír, el león terminó por soltarlo.
Tiempo, después, la fiera cayó en las redes que un cazador le había tendido y
como, a pesar de su fuerza, no podía librarse, atronó la selva con sus furiosos
rugidos. El ratoncillo, al oírlo, acudió presuroso y rompió las redes con sus
afilados dientes. De esta manera el pequeño ex prisionero cumplió su promesa, y
salvó la vida del rey de los animales. El león meditó seriamente en el favor
que acababa de recibir y prometió ser en adelante más generoso.
Moraleja: Los débiles ayudan a los fuertes.
Ismael Rouco - 2º "A"
Moraleja: En los cambios de fortuna, los poderosos
necesitan ayuda de los débiles. Hasta el león que es el más fuerte necesita la
ayuda del más chiquito y débil de los animales, que es el ratoncito.
Joaquín Dvoretzky - 2º "A"
Moraleja: Nunca desprecies las
promesas de los pequeños honestos. Cuando el momento los cumplirán.
Alejandro Quacquarini - 2º "A"
Moraleja: A veces los más grandes necesitan ayuda de
los más pequeños.
Agostina Calabrese - 2º "A"
Moraleja: El ratón cumplió con su palabra.
Mateo Colautti - 2º "A"
Moraleja: Aunque sea grande o pequeño siempre uno ayuda
al otro cuando se necesita.
Moraleja: El más fuerte puede necesitar la ayuda del
más pequeño.
Maximiliano González - 2º "A"
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