Iba una
muchachita al mercado a vender un cántaro de leche que le habían regalado,
caminaba feliz saludando a todos los animales que se encontraban por el camino.
-
¡
Qué bien! - se decía-, con el dinero que me den por la leche podré comprar
muchos huevos, de los que saldrán cientos y cientos de pollitos.
-
Esos
pollitos cuando estén bien criados valdrán mucho dinero. Cuando los venda
compraré un buen cerdo, al que engordaré con bellotas del campo.
-
Y
por ese cerdo tan hermoso me darán lo suficiente para comprar una hermosa vaca
con sui ternero; este se irá haciendo grande y la vaca me dará leche sin cesar.
-
Con
la leche haré muchos quesos que venderé en el mercado y con todo el dinero que
gane podré comprar…
Absorta
en sus pensamiento, la lechera tropezó con una piedra y, ¡oh, desgracia!, el
cántaro cayó y se hizo añicos, derramándole toda la leche por el camino. Por
soñar tanto había perdido lo único que tenía realmente: ¡el cántaro de leche!
Moraleja: Por soñar con el futuro no debemos descuidar
el presente.
Valeria Kohan - 2º "A"
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