viernes, 28 de septiembre de 2012

EL ÁGUILA Y EL ESCARABAJO



   Una liebre era perseguida por un águila y, viéndose perdida. Le pidió ayuda al escarabajo, para que la salvara. El escarabajo le rogó al águila que no le hiciera daño. Pero ésta, al ver tan insignificante insecto, no le hizo caso y devoró a la liebre.
  El escarabajo juró vengarse, y desde ese día observó los lugares en donde el águila ponía sus huevos, y se los tiraba a la tierra. El águila, desesperada, recurrió al Dios Zeus pidiéndole un lugar seguro donde depositar sus huevos. Zeus le ofreció su regazo, para que sus pequeñuelos pudieran crecer.
  Viendo esto, el escarabajo hizo una bolita de barro y se la tiró a Zeus. Éste, distraído, se levantó para sacudirse la suciedad y tiró los huevos sin darse cuenta.
  Desde ese día, las águilas no ponen huevos en la época en que los escarabajos salen a volar.


Moraleja: Los seres, por más insignificantes que parezcan, no necesariamente son débiles y quizás, algún día, necesitemos de su ayuda.


Lucía Parodi -  2º "C"


No hay comentarios:

Publicar un comentario